Recientemente leí en Internet que la Arquitectura Moderna ya
no es más blanca, según un estudio de investigadores de la Universidad
Politécnica de Valencia (UPV) demuestra que los colores juegan un papel
importante en la nueva arquitectura
A lo largo de la historia los Arquitectos hemos utilizado el
color, de forma consiente o no, en las obras. Si bien el color no ha sido
siempre el punto de partida, ha sido una variable en el diseño del entorno
urbano, y el mismo contribuye a la definición del espacio vital donde
transcurre cotidianamente la vida.
En algunos casos el color aplicado en el perfil urbano ha
sido producto de la búsqueda de un efecto colorista que responde a
distintas motivaciones tanto simbólicas o comunicativas, para decorar,
abstraer, codificar o exaltar ciertos aspectos de las obras.
En la actualidad el uso de diversas paletas cromáticas,
gracias a la informática, sirven de soporte a la forma, realzan, disimulan o
revalorizan una obra de arquitectura, no siempre teniendo en cuenta la
incidencia del color en el ambiente. Si el uso fuese correcto, podría
enriquecer la espacialidad aportando un mayor significado e incrementando el
contenido identificador en lo que respecta a la visualización de una ciudad y no
crear estrés en los usuarios.
Dependiendo de la locación geográfica, y por ende de la variedad de materiales locales, la incidencia de la luz solar, sus sombras y
los agentes climáticos, pudieran definir los colores a aplicar.
Diferentes ciudades alrededor del planeta han sido identificadas por diversas gamas cromáticas. Por ejemplo, Londres está asociada al rojo, presente en sus autobuses, cabinas telefónicas, en los ladrillos recocidos de las casas tradicionales, carpinterías, etc. Por otro lado, Turín es conocida como la ciudad amarilla, producto del uso de revestimientos de dicho color.
Diferentes ciudades alrededor del planeta han sido identificadas por diversas gamas cromáticas. Por ejemplo, Londres está asociada al rojo, presente en sus autobuses, cabinas telefónicas, en los ladrillos recocidos de las casas tradicionales, carpinterías, etc. Por otro lado, Turín es conocida como la ciudad amarilla, producto del uso de revestimientos de dicho color.
Así varios casos, en donde predomina un color o colores
sobre el entorno urbano, se han denominado a la ciudad con dicho color.
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